“Hernández Arregui como intelectual le dio centralidad a la alianza entre el pueblo y las Fuerzas Armadas en su línea nacional”
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04 Octubre 2022
El 29 de septiembre pasado se cumplió un nuevo aniversario del nacimiento del intelectual del campo popular Juan José Hernández Arregui. AGENCIA PACO URONDO dialogó con el sociólogo Juan Godoy para reflexionar sobre su legado.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cuál es el legado de Juan José Hernández Arregui?
Juan Godoy: En primer lugar, nos deja una obra escrita profunda desde la cual analiza diferentes aspectos de nuestra realidad, sus libros centrales son cinco, todos tienen una potencialidad enorme y entre todos conforman un corpus teórico articulado (son, al mismo tiempo, libros de combate, hacia el final de los mismos en general va profundizando en la coyuntura).
En segundo lugar, construye un pensamiento situado, pensado desde y para comprender la transformación de nuestra realidad. Cabe resaltar que si bien Arregui proviene del marxismo no incorpora sus categorías en forma acrítica, sino que lo hace en tanto las transformaciones necesarias y en función de lo que puedan aportar a la solución a las problemáticas nacionales. Se trata de un pensador que no se deja “encorsetar” por las ideas y los esquemas ideológicos, sino que construye a partir de una larga meditación y reflexión profunda.
En tercer lugar, sus ideas tienen una enorme proyección de futuro, quiero decir, son útiles para la construcción de un ideario político para la acción. En cuarto lugar, destacar que es un pensador con un profundo compromiso político con la causa de la emancipación nacional y la reconstrucción de la Patria Grande.
Arregui pone sus ideas y su vida en función de esa causa. De ahí los vínculos con sectores políticos, sindicales, militares, etc.
APU: El análisis de la estructura colonial se vuelve fundamental…
J.G.: Hay una idea que tiene siempre presente que es que en un país colonial o semicolonial la tarea del intelectual es de denuncia, el callar la explotación y/o la miseria es complicidad. Por último, es central rescatar a Hernández Arregui como un pensador que abordó las grandes problemáticas nacionales. No se perdió en debates en torno a cuestiones secundarias, sino que siempre fue al núcleo de las problemáticas nacionales, y de la gran problemática: la dependencia tanto económica como cultural.
Esto adquiere, pienso, una relevancia singular en el debate político actual en tanto la superficialidad del mismo, y la preocupación central por las “agendas de moda” (lo que funciona muchas veces como excusa ante la falta de conocimiento, respuestas -y en muchos casos interés- a los problemas de nuestro país), mayormente vinculados a las “minorías”, y de espaldas a las necesidades de las mayorías populares.
APU: ¿Cuáles fueron los ejes principales de su teoría?
J.G.: Arregui construye una teoría profunda, articulada, y eso lo hace revisando el pasado nacional en clave revisionista, indagando en categorías que sean útiles al análisis y a la solución de las problemáticas de la patria. Además, de bucear en nuestras tradiciones y en la conformación de nuestra cultura, en la construcción de la conciencia nacional, develando el papel del imperialismo en nuestro país, la dependencia semicolonial y la potencialidad del nacionalismo popular revolucionario, reflexionando sobre el rol de las universidades, el rol de la Fuerzas Armadas, la necesidad de la integración, la importancia de la integración regional, por nombrar algunos de los ejes principales de su teoría.
APU ¿Qué puede señalar de la dominación cultural del imperialismo que trae el análisis de su obra?
J.G. Arregui trae la idea de que oligarquía nos “enseñó a pensar con muletas”, en tanto nos incorporó la idea que una vez producido el proceso de emancipación del siglo XIX comenzábamos a ser países plenamente soberanos, cuando en realidad y en gran medida por el enorme proceso de balcanización (entre otras cuestiones, desde ya), y la desintegración del proyecto de unidad de la Patria Grande, caímos bajo un dominio “invisible”, semi-colonial con respecto a Gran Bretaña, es decir caímos en las garras de la dominación económica del imperialismo anglosajón, en una dependencia indirecta, por eso como indicábamos esa es una de las problemáticas centrales en su pensamiento.
Por un lado, Arregui busca develar los mecanismos de dominación anglosajones sobre nuestro país, al mismo tiempo que bucea en nuestra historia y tradiciones en función de la conformación y fortalecimiento de la conciencia nacional. Ligado a esto, otro eje principal es la elaboración y reivindicación del nacionalismo popular (lo que da cuenta también de la atención sobre la cuestión social de nuestro autor), donde piensa como central la alianza entre el pueblo (a través de sus organizaciones sindicales principalmente), con las Fuerzas Armadas en su línea nacional. Cabe recordar que Arregui tenía un fuerte trabajo sobre las Fuerzas Armadas y tenía cooptados a unos 40 oficiales del ejército en los 60.
Por último, el otro eje es la integración de la Patria Grande. Arregui pensaba la unidad a través de dos ejes en Suramérica: la alianza de Argentina y Brasil, y en términos más amplios la tercera pata de la unidad es México. Esta integración debía tener como base a los pueblos, y a la industria en el centro. Arregui pensaba que sin industria no había nación plenamente soberana posible. Por eso la unidad iberoamericana, cimentada en la conciencia de los problemas comunes, en la historia y tradiciones compartidas, debía ser en base a los pueblos y al desarrollo de nuestras potencialidades económicas.
APU: ¿Qué podemos tomar de su elaboración teórica para analizar la actualidad?
J.G.: Pienso, como indicaba al comienzo, que es fundamental en relación a la atención a las grandes problemáticas nacionales. Sobre todo, a los mecanismos de la dependencia que se ciernen sobre nuestro país y que hacen drenar nuestra riqueza y esfuerzo nacional al extranjero, al mismo tiempo que nos sostienen en el primitivismo agropecuario y no nos permiten una vida digna. La justicia social de la mayoría de nuestros compatriotas, tiene que volver a estar en el centro.
Su crítica a la dependencia económica y cultural se revela central para analizar la realidad. Él reveló profundamente la articulación entre esos “dos mundos”. Arregui también, como decíamos, pone en el centro para enfrentar esta dominación y pensar la estrategia de emancipación la conformación / fortalecimiento de la conciencia nacional y en este sentido al nacionalismo popular con una impronta de la reconstrucción de la Patria Grande.
APU: ¿Es posible un peronismo revolucionario actualmente?
J.G.: En primer lugar diría que el peronismo fue conformado y elaborado doctrinariamente para dar respuestas a las problemáticas nacionales, siendo la dependencia anglosajona la principal problemática, por eso es que el peronismo fue y tienen sentido en tanto la emancipación nacional, de ahí que Eva Perón decía algo así como que el peronismo será revolucionario o no será nada. Es su razón de ser. En segundo lugar, en el contexto actual de debacle, decadencia y en gran medida tergiversación de las grandes banderas de nuestro movimiento nacional pienso que el peronismo debe reordenar (y volver a poner en el centro), sus propios cimientos porque con el tiempo se ha ido conformando como un partido (dejando de lado la conformación “movimentista”, con dirigentes sin representatividad -con honrosas excepciones-, que no dirigen a nadie, o lo hacen solo cual una empresa privada que administra contratos), más del statu quo, en un partido que no cuestiona el orden semi-colonial sino que lo administra, al mismo tiempo que pululan en sus alrededores un conjunto de “oportunistas” con la preocupación por solucionar (o mejorar) sus condiciones económicos/laborales individuales, sin ningún interés por los problemas de la patria y el pueblo. Por eso: o el peronismo vuelve a su eje, a los valores que lo cimentaron, a las ideas y a los sectores que le dieron su contenido revolucionario o se convertirá definitivamente en un partido de discusiones nimias que ocultan el centro de la cuestión, al mismo tiempo que el país sigue sufriendo el saqueo imperialista y el pueblo trabajador se hunde en la miseria